Desde el 23 de Marzo hasta el 20 de Mayo pongo voz, alma y piel a David, ciego, idealista, revolucionario, enorme personaje que escribió Bueno Vallejo en el CONCIERTO DE SAN OVIDIO. Trabajo junto a un magnifico elenco de 14 actores, todos bajo la batuta de Mario Gas, cada día en ese templo del teatro que es el MARÍA GUERRERO.
Desarrollada en un hospicio del París de 1771, El Hospital de los Quince Veintes, Valindín, un negociante, consigue que la monja que regenta la institución permita que, a cambio de doscientas libras, seis mendigos ciegos que allí se acogen puedan tocar instrumentos musicales en la inminente fiesta de San Ovidio. Al contrario de lo que los pobres ciegos se piensan, Valindín no es su salvador, sino un mangante que lo único que busca es aprovecharse de su condición de ciegos para ridiculizarlos y sacar beneficio económico de la situación. El concierto de San Ovidio viene a replantear el tema de la ceguera, ahora en circunstancias distintas de las de En la ardiente oscuridad. Por otra parte, sitúa el tema social en un plano que hasta ese momento Buero Vallejo no había abordado explícitamente: el de la lucha de clases.